Por David Alton
Publicado el 22 de septiembre de 2011
Hace unos meses me recibió una delegación de
Corea del Norte presidida por el Presidente de la Asamblea Nacional, Choe Tae
Bok. Aprovechando aquella ocasión obsequié a cada miembro de la delegación con
un DVD que presenta la vida de un coreano notable, al que algunos han empezado
a llamar "el Albert Schweitzer" o el "Padre Damián" del
Sudán.
Elegí el DVD porque no
dice nada acerca de la feroz hostilidad y enemistad existente entre el Norte y
el Sur de Corea y especialmente porque presenta la historia de unhombre
extraordinario. El heroísmo y el sacrificio de sí mismo de John Lee Tae-Sok
debe llenar de admiración y de orgullo a los pueblos del Norte y del Sur.
También elegí el DVD porque los sacerdotes
católicos han sido prohibidos en Corea del Norte desde hace 60 años y John Lee
Tae-Sok era un sacerdote católico, salesiano, a la vez que médico. Tal vez el
DVD - "No llores por mí Sudán" - ayude a Corea del Norte a ver la
Iglesia y la labor de sus sacerdotes de una manera diferente. Los sudaneses a
los que ayudó han bautizado al Padre John como "Padre Jolly", por su
sonrisa y buen humor.
La historia de su vida narrada en esta
película ha tenido un impacto fenomenal en Corea del Sur. Los periódicos se
hicieron eco de la emoción de los asistentes a su proyección, que salían de las
salas de cine con lágrimas, sumamente afectados por la efusión de amor mostrada
por el padre John. Trescientas mil personas han visto la película.
El padre John nació en una familia católica
pobre en 1962, el noveno de diez hijos - otro de los cuales también se ha
ordenado como sacerdote. El padre de John murió cuando él tenía nueve años de
edad y de hecho también John murió en una edad muy temprana. Falleció de cáncer
de colon en 2010.
Después de la muerte de su padre, la madre de
John sacó adelante la familia, contando uno a uno los centavos ganados en su
trabajo como costurera. Vivían en la parroquia de San José de Song Do, en
Pusan: una parroquia construida para los pobres y necesitados de Pusan, después
de la Guerra de Corea, que había sumido en la miseria y el desempleo a muchos
coreanos.
John fue ayudado en sus estudios por su
madre, que le animó a estudiar medicina. Una vez graduado, ejerció como cirujano
en el ejército de Corea, pero sintió de forma insistente la llamada al
sacerdocio. Su madre pensaba que ya había dado un hijo a la Iglesia - su
hermano es fraile capuchino – e intentó disuadir a John de entrar en el
sacerdocio, pero dio finalmente su bendición. Fue ordenado sacerdote en 2001.
Fue durante su formación para el sacerdocio
cuando John visitó la misión salesiana en el sur de Sudán. Era la primera vez
que entraba en contacto con una colonia de leprosos - hombres y mujeres con la
enfermedad de Hansen. Fue tal impresión que le causaron los miembros
podridos y la miseria, que en estado de shock se fue a la selva para tratar de
borrarlos de su vista y de su mente. Los salesianos que trabajan allí no
esperaban ver de nuevo al joven médico del ejército.
Pero estaban equivocados.
A su regreso a Seúl el
recuerdo de los leprosos no le dejó, y en 2001 anunció que quería "para
ser misionero mejor entre los leprosos que en cualquier otro sitio". Su
madre y toda su familia quedaron profundamente consternadas por su decisión de
ir al sur de Sudán, donde dos millones de personas habían perdido la vida
durante la guerra civil emprendida por el gobierno despótico de Jartum: Pero
una vez más su madre aceptó y aprobó su decisión.
Al llegar a un lugar llamado Tonj, el padre
John comenzó la ardua tarea de construir una clínica médica. Construyó
personalmente con sus manos el edificio al que los sudaneses desesperados
acudían con sus enfermedades, mientras trataba 300 pacientes al día. Además,
salía en busca de los leprosos con su jeep.
Lee Jae-Hyeon, miembro del Ministerio de
Medio Ambiente de Corea del Sur, que fue uno de los patrocinadores del padre
John, y que visitó Tonj mientras trabajaba para las Naciones Unidas, describió
gráficamente las condiciones de trabajo en el pueblo en un informe escrito:
"La ola de calor era mortal: 55 grados
centígrados. No me había dado cuenta de que los termómetros pudieran marcar más
de 50 grados, hasta que el sacerdote me lo mostró. Sentía que mi ropa estaba en
llamas. El río en Tonj era un charco de barro. Los niños entraban en contacto
con el agua, y en lugar de simplemente chapotear en ella, la bebían ".
Después de la clínica llegaron las aulas de
una escuela y otras instalaciones. A falta de otra ayuda, él mismo enseñaba
matemáticas y música a los niños. Bien dotado para la música, el padre John
convenció a sus amigos de Corea para que le enviaran instrumentos y uniformes,
y fundó y entrenó la Banda Don Bosco.
La noticia de su trabajo se difundió en Corea
del Sur y un director de cine realizó un documental en el lugar. Siguiendo al
padre John en sus rondas y quehaceres, quedaron plasmados el desarrollo social
y los programas de salud que había iniciado.
Esta fenomenal efusión de amor y dedicación,
tuvo inevitablemente su repercusión, y fue durante un breve descanso en 2009
cuando se descubrió el cáncer. Se sometió a quimioterapia en Seúl, pero su vida
llegó a su fin a los 47 años, el 14 de enero de 2010.
Sin embargo, no fue éste el final de la
historia.
El cineasta, Koo Soo-Hwan,
regresó a Sudán y se entrevistó con muchas de las familias de los guerreros
dinkas, cuyas vidas habían sido tan profundamente conmovidas por el trabajo
humanitario del Padre John. La película que surgió fue "No llores por mí
Sudán". El título se basa en la imagen de los chicos dinka que lloran
mientras llevan una imagen del "Padre Jolly" por el pueblo de Tonj,
como parte del funeral en su memoria. Son miembros de la banda de música Padre
John. Poco dado el pueblo dinka a las demostraciones públicas de emoción, estos
jóvenes y sus familias aparecen llorosas mientras describen el vacío que para
ellos significa saber que han perdido a su sacerdote y médico, que ya no iba a
volver a ellos. Una copia de la película coreana se ha hecho con subtítulos en
inglés y se pueden ver unos extractos en You Tube.
El director de la película vino a verme hace
poco a Londres. Había quedado intrigado al saber que yo había dado una copia de
su película a los miembros de la delegación de Corea del Norte. ¿Qué fruto
esperaba de esta acción? "La convicción de que la vida de un hombre puede
cambiar el mundo, y de que todos los coreanos deberían inspirarse en la vida de
un hombre verdaderamente extraordinario y maravilloso."
David Alton
(un Life Peer de la Cámara de los Lores en el
Reino Unido).
COREA (3-11-10) “Don’t Cry for Me
Sudan” (No llores por mí, Sudán) es una película documental sobre la vida del
padre John Lee Tae-suk, salesiano, que ha logrado en Corea más de 120.000
espectadores desde que se estrenara en las salas de cine en septiembre de 2010.
Se trata de un verdadero éxito de taquilla en Corea, puesto que la película
tampoco ha recibido la promoción que suelen tener otras películas. Este
noviembre la película llegará a Los Angeles, USA, y también ha sido enviada al
Festival Internacional de Cine de Berlín, que tendrá lugar del 10 al 20 de
febrero.
El padre John Lee Tae-suk (1962-2010)
era médico hasta que sintió la llamada a formar parte de la Sociedad de San
Francisco de Sales, los salesianos. Tras su ordenación sacerdotal en 2001,
comenzó su labor misionera en Tonj, una pequeña aldea del Sur de Sudán,
destrozado por la guerra. Era el primer misionero coreano que llegaba a este
país. Era sacerdote, médico, maestro, mecánico, músico… volviéndose todo para
todos. Estableció un hospital y un colegio, y hasta organizo para los jóvenes
una banda de música. El 14 de enero de este año 2010 moría de cáncer de colon,
invocando a San Juan Bosco.
Gracias a la película muchas personas,
también no católicas, han conocido la vida de este gran misionero. La Sudan
Youth Education Foundation, que solía dar apoyo al padre Lee, ha visto como
aumentaban drásticamente el número de los donativos – de hecho han pasado de
3.000 a 10.000 los donantes fijos -, lo que ha permitido que se satisfagan
muchas necesidades sanitarias y se están construyendo nuevos edificios para el
colegio y el hospital, y la banda de música ha vuelto a tocar.